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AlexisCornejo

Ética

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1. CONCEPTOS DE ETICA

 

La ética es el estudio de la problemática moral: la esencia, el origen, la finalidad (objeto o fin), el lenguaje y los principales concep­tos, y las principales concepciones éticas.

 

2. ESENCIA DE LA ETICA

 

Según la interpretación de Ferrater Mora, existen dos concepciones antitéticas respecto a la esencia de la ética: ética formal y ética ma­terial. Consideramos que frente a estas dos concepciones éticas idealistas existe una concepción contraria, la concepción ética marxista.

 

A) Ética Formal, M.
Kant es el representante más connotado de esta posición. Entiende que los principios éticos superiores, los imperati­vos, son absolutamente válidos a priori y tienen con respecto a la experienda moral la misma función que las categorías con respecto a la ex­periencia científica. Dios, libertad e inmortalidad no son ya los fundamentos de la razón práctica, sino sus
postulados.

El formalismo moral kantiano exige la autonomía ética, el hecho de que la ley moral no sea ajena a la misma personalidad que la ejecuta (García M.E., Etica, pp. 159-200).

 

B) Ética Material,
De acuerdo a A. Muller las principales doctri­nas éticas materiales se clasifican en: ética de los bienes y ética de los  valores.

a) Ética de los Bienes:
comprende todas las doctrinas que fun­dadas en el hedonismo o consecución de la felicidad comienzan por plan toarse un fin. Según este fin, la moral se llama utilitaria, perfeccio­nista, evolucionista, religiosa, individual, social, etc., Su carácter común es el hecho de que la bondad o maldad de todo acto depende de la adecuación o inadecuación con el fin propuesto (García M.E., op. cit., pp. 113-155).

 

b) Ética de los Valores:
el principal representante es Max Scheler, quien la ha definido como un apriorismo moral material, pues en el empieza por excluirse todo relativismo, aunque, al mismo tiempo, se re­conoce la imposibilidad de fundar las normas efectivas de la ética en un imperativo vacío y abstracto (Ibíd., pp. 203-312).

c) Ética Marxista,
considera que toda la problemática moral (esen­cia, origen, finalidad, lenguaje, conceptos, y concepciones éticas), solo puede explicarse científicamente a partir de la historia de la humanidad, de la estructura clasista (comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo) de la sociedad y de las condiciones materiales de existencia, de las condiciones materiales de vida, causas sociales que determinan en última instancia la moral.

 

3. ORIGEN DE LA ETICA

En relación al origen de la moral se han formulado principalmente dos teorías éticas idealistas burguesas:
ética autónoma y ética heterónoma.

 

A) Ética Autónoma,
se basa en el principio de que la ley moral arranca del propio sujeto. El hombre mismo, libre en absoluto de todo influjo exterior, se crea la ley moral. Infiere la moral de representaciones idealistas sobre un deber moral interiormente innato, apriorístico.

Se afirma que una ley moral es autónoma cuando tiene en sí misma su fundamento y la razón propia de su legalidad. Formulada por Kant y retomada por los neokantianos Cohén (1842-1918) y Natorp (1854-1924), y Renouvier (1818-1903).

 

El eje de la autonomía de la ley moral lo constituye, según Kant, la autonomía de la voluntad. En ella se fundamenta el  imperativo cate­górico. Kant sostiene que: "No elegir de otro modo que el que hace que las máximas de la elección se hallen a la vez abarcadas como la ley general en el mismo querer" (Kant M., Cimentación para la Metafísica de las  costumbres, p. 127).

 

B) Ética Heterónoma,
infiere el carácter moral de causas que no de penden de la voluntad del sujeto agente.

Como tales causas externas se consideran: las leyes del Estado, los preceptos religiosos y motivos como el del interés personal o el deseo de hacer el bien a otras personas. Relacionan con las variedades de la ética heterónoma, las éticas del hedonismo, eudemonismo, utilitarismo y otros sistemas, que fundan sus principios morales en conformidad con el anhelo
de placer, de felicidad y de obtener utilidad.

C) Etica Marxista,
conceptúa el carácter unilateral tanto de la Hética autónoma como de la ética heterónoma, considera que esta diferenciación no es científica, se funda en la negación de que la moral se halla condicionada por leyes sociales objetivas, en afirmar el princi­pio idealista de la autonomía de la voluntad, en no reconocer el papel activo del sujeto en la sociedad, niega la relación entre la moral y el sistema de relaciones sociales históricamente determinadas.

 

Las limitaciones de ambas éticas (autónoma y heterónoma) imposibi­litan un análisis científico de la ética, pretenden ignorar la interrelación dialéctica entre la "relativa autonomía" del fenómeno moral y su condicionamiento (heterónoma) social, histórico y clasista del hecho moral.

 

4. FINALIDAD DE LA ETICA

A través de la historia de la filosofía se han formulado un con­junto de planteamientos en relación con la finalidad, objeto o fin de la ética, destacando como los más importantes:

A) Ética Eudemonista,tendencia según la cual la felicidad es el sumo bien. La felicidad puede entenderse de muchas maneras; puede consistir en "bienestar", en "placer", en "actividad contemporánea" etc. En todo caso, se trata de un "bien" y con frecuencia también de una "finalidad". Equivale a una "ética de bienes y fines".

En la medida en que se estima que la felicidad se alcanza al con­seguirse el bien a que se aspira, se puede decir que todas las, éticas materiales son eticas eudemonistas.

No puede haber incompatibilidad entre la felicidad y el bien. La felicidad es el premio de la virtud y, en general, de la acción moral.

Los principales filósofos eudemonistas (y sus principios) son: Montaigne (de la educación); B. De Mandeville (de la constitución civil); Epicuro (del sentimiento de carácter físico); Hutcheson (del sentimiento moral); Crusius (de la voluntad de Dios); Wolff y los estoicos (de la perfección).

 

B) Ética Hedonista,
es la tendencia consistente en considerar que el placer es un bien; en muchos casos se ha estimado que el placer es el mayor bien, o se ha identificado "placer" con "bien", el bien en cuestión ha sido en muchos casos un "bienestar", en el sentido literal de este término, muy similar a la armonía o buena disposición.

Como ha habido muchas maneras de entender "placer", ha habido asimismo muchas formas de hedonismo.

Los principales representantes del hedonismo han sido: los cirenaicos (el bien es el placer y el mal es el dolor), los epicúreos antiguos (destacaron la importancia de los "placeres moderados", únicos que permiten evitar los dolores, así como la importancia de cierta "parti­cipación en los placeres" a través de una comunidad de amigos, v. gr., la conversación amistosa); los epicúreos modernos o neoepicúreos (Gassendi, Valla, etc.), los materialistas del siglo XVIII, especialmente los materialistas franceses (La Mettrie, Helvecio, Holbach, etc.) y los utilitaristas ingleses (por lo menos J. Bentham, quien
precisó catorce diferentes clases de placeres: de los sentidos, riquezas, habilidad , amistad, buen nombre, poder, piedad, benevolencia, malevolencia, memo­ria, imaginación, expectación, asociación, alivio).

W.H. Sheldon ha formulado que: "el hedonismo ético es el imperativo categórico".

El hedonismo ha sido criticado por: Platón, muchos filósofos cristianos (de tendencia ascética), Kant, moral de los valores,  G.E. Moore.

 

C) Ética Utilitarista,
es la doctrina según la cual el valor supremo es el de la utilidad. Puede ser una tendencia práctica o una elabo­ración
teórica, o ambas cosas a un tiempo.

Como tendencia práctica puede ser o resultado del instituto (en particular del instinto de la especie), o consecuencia de un cierto sistema de creencias orientadas hacia las convivencias de una comunidad dada, o manifestación de una reflexión
intelectual. Como elaboración teórica puede ser el resultado de la justificación intelectual de una previa actitud utilitaria, o la consecuencia de una pura teorización sobre los conceptos fundamentales éticos y axiológicos, o las dos cosas a un tiempo.

Los principales representantes del utilitarismo son: Jeremy Bentham (1748-1832); James Mili (1773-1836), John Stuart Mili (1806-1873), pensadores ingleses. Asimismo se considera a Henry Sidwick (1828-1900’) y a J. C. Smart (1920).

 

D) Ética Formalista,
fue base de algunas teorías premarxistas y burguesas contemporáneas, en las cuales los momentos lógico-formales de investigación predominan, de un modo o de otro, sobre el análisis del contenido y de la índole social de la moral. Es el caso típico de M. Kant, quien estimaba que de una tesis incondicional (imperativo categórico) de carácter formal abstracto,  pueden extraerse todos los princi­pios y soluciones morales importantes en distintas condiciones sociales y situaciones vitales.

 

En la filosofía contemporánea, el formalismo considera como misión de la ética la de estudiar tan sólo la faceta gnoseológica y la forma lógica de las nociones morales, mientras que su contenido concreto que­da al margen de la esfera del análisis, v.gr., intuitivismo en ética, positivismo lógico en ética, análisis lingüístico en ética.

 

Los neopositivistas formalistas postulan contraposiciones anticientíficas: la ética filosófica (Metaética) contra la ética normativa; la ciencia, a la conciencia moral; los hechos y su conocimiento, a los va­lores (juicios morales). Excluyen del objeto de la ética el estudio de los problemas morales.

 

E) Ética Axiológica,
existen tres teorías burguesas del valor: 1) Las teorías idealistas objetivas (el neokantismo, los seguidores de la fenomenología husserliana Max Scheler y Nicolai Hartmann, el neotomismo y el intuitivismo) interpretan el valor como
una esencia del más allá, fuera del espacio y del tiempo. 2) Las teorías idealistas subjetivas (positivismo lógico, emocionalismo, análisis lingüístico en ética, la teo­ría del valor afectiva-volitiva de W. Urban, D. Proll, C. Lewis y otros), consideran el valor sólo como fenómeno de la conciencia, ven en’él una manifestación de cariz psicológico, de la actitud subjetiva del hombre frente a los objetos que valora. 3) Las teorías naturalistas del valor (naturalismo en ética, teoría del interés, ética evolucionista, ética de la teleología cósmica) lo interpretan como expresión de necesidades na­turales del hombre o de las leyes de la naturaleza en conjunto.

 

F) Ética Pragmatista, particularmente a través de J. Dewey (1859-1952), retorna a la interpretación pragmático-utilitaria del sentido de la moral: ésta sólo se entiende como un medio operativo-instrumental de ordenación de la actividad, mientras que los fines de esta actividad se salen de la esfera de lo moral, y por consiguiente, carecen de conteni­do moral- (Dynnik M.A. et. al., Historia de la Filosofía, T. VII, pp.172, 173; Shwartzman K.A., Una ética sin moral, pp. 59-95).

 

G) Ética Existencialista, es, en muchos casos, una negación de que pueda haber una ética; en todo caso, no parece haber posibilidad de formular normas morales "objetivas", fundadas en Dios, la sociedad, la naturaleza, un supuesto reino objetivo de valores o normas, etc., de modo que el único "imperativo" ético posible parece ser el de que cada cual tiene que decidir por sí mismo, en vista de su propia, intransferible, situación concreta, lo que va a hacer y lo que va a ser.

 

Los principales existencialistas ateos son: M. Heidegger (1889-1976), J. P. Sartre (1905-1980), A. Camus (1913-1960), S. De Beauvoir (1908-1986); y los existencialistas religiosos: G. Marcel (1889-1973), K. Jaspers (1883-1969), N. Berdiálev
(1874-1948), Chéstov (1866-1938), M. Buber (1878-1965) (Dynnik M.A. et. al., op. cit., pp. 173-176; Shwartzman K.A., op. cit., pp. 177-217).

 

H) Ética Neotomista,
en sentido estricto es una teología moral, al subordinarla a Dios y no al hombre. Considera que el fin último del hombre es Dios; en consecuencia, sus principios morales son alienantes, ilusorios e irreales.

Postula que la ley natural o la ley moral natural es eterna, tiene un carácter "revelado", procede de Dios; por tanto, no es racional, es fideísta y teológica. La religión no investiga los problemas de la moral, ya que apela a Dios; por consiguiente, la teología moral cristiana es dogmática, normativa y heterónoma, es estrictamente teónoma (Lora Cam J.F.W., La Moral Cristiana; Dynnik M.A. et. al., op. cit., pp. 177,178; Shwartzman K.A., op. cit., pp. 269-309).

 

I) Ética Neopositivista, presenta tres modalidades principales: e. Intuicionista, e. emotivista, teoría del análisis lingüístico, caracte­rizadas por su inclinación hacia un formalismo sin contenido en el que el objeto de la investigación ética se reduce a la forma lógica o lin­güística de los juicios morales, sin relación alguna con su fondo moral.

 

a) Ética Intuicionista: considera que los conceptos morales más generales (el bien y el mal) tienen un carácter "único" no reducido a ninguna cualidad, en que ellos son irrefutables, inexplicables, "evidentes por sí mismos", se conocen en forma puramente intuitiva y se acep­tan sin demostración.

 

Postulan que las representaciones morales fundamentales poseen un carácter extrahistórico y absoluto, no están relacionadas con el contorno humano, y constituyen una "medida" particular, "extranatural" del universo.

Presenta dos variantes: e. axiológica (G.E. Moore, 1873-1958); H. Rashdall; J. Laird, 1887-1946) y E.
deontológica (H.A. Prichard, 1871 -1947; W.D. Ross, 1877-1971; E. Carrit).

 

Otros intuicionistas: Ch. D. Broad (1887-1971); A.C. Ewing; B.Blans hard (1892); Hall; Johnson.

 

b) Ética Emotivista: estableciendo ante la Investigación de los juicios y términos morales, que éstos no se someten a la verificación -experimental directa (Principio de verificabilidad), llegaron a la con­clusión de que estos juicios y términos no
contienen en sí ninguna in­formación, carecen de sentido y por ello no son ni verdaderos ni falsos.

 

La significación de los enunciados morales tiene solamente carácter "emocional", es decir, sirve sólo para expresar las emociones del ha­blante y para inclinar al oyente hacia aquellas y los correspondientes actos.

 

Los principales emotivistas son: A.J. Ayer (1910), B. Russell (1872- 1970); Duncan Johns; R. Carnap  (1891-1970); Ch.t. Stevenson (1908); H. Reichenbach (1891-1953); Hogerstrom.

 

c) Teoría del Análisis
Lingüístico:
los analíticos tienden a desembarazarse de una interpretación demasiado voluntarista de la mo­ral, a depurar a ésta de los rasgos de arbitrariedad individual. Admi­ten que los juicios morales no sólo expresan el estado emocional del hombre en un momento concreto, sino que están íntimamente unidos a al­gún sistema determinado de convicciones  morales. De ahí que los-juicios morales privados dimanen lógicamente de nociones más generales: de los principios e ideas morales. Pero los analíticos tropezaron con la imposibilidad de justificar las tesis morales de orden más general.

 

Ello era una consecuencia inevitable de la premisa, propia de to­dos los neopositivistas, de que las proposiciones valorativas no podrán ser lógicamente extraídas de los juicios sobre hechos.

 

Por tal razón, los analíticos tuvieron que reconocer, a la postre, . que las convicciones morales sólo podían tener un carácter arbitrario.

 

Los analíticos neopositivistas más representativos son: Ogden, Ri­chard, P. NoweIl-Smith, S. Toulmin (1922), A. Montefiore, R. W. Haré (1919, prescriptivista), S. Hampshire (1914), H. Eucken, P. Edwards, A. Melden, P. Foot (descriptivista), G.J.
Warnock (descriptivista) (Dyn­nik M.A. et. al., op. cit., pp. 166-171; Shwartzman K.A., op. cit., pp. 97-175; Hudson W.D., La filosofía moral contemporánea).

 

J) Otras Éticas.
Unas, señaladas por M.A. Dynnik, son: e. fenomenológica de los valores (Scheler, Hildebrand); teoría del interés (R. B. Perry, D. Parker, F. Tennant); ética naturalista (A. Eidel, P.Kurtz, R. Handy); ética de la teología protestante neoortodoxa (K. Barth, E. Brunner, Reinhols, R. Niebuhr, P. Tillich).

 

Otras, enumeradas por M.M. Rosental, son: e. aprobativa (E. Durkheim, Lévy-Bruhl); e. consecuencia1; e. de la autorealización (E.Bradley, J. Mc-Taggarth, J. Mac-Kenzie, B. Bosanquet, Royce, Bowne, M.Caulkins, W. Hocking, E. Mounier, J. Bastide, B. Croco, F. Adier); e. de la teleología cósmica (F. Hoodbridge, W. H. Sheldon, 0. Stappledon); e. evolucionista (H. Spencer, J. Huxley, C. Waddington, E. Holt, R. Gerard , P. Theilhard de Chardin), e. humanística
(W. Fight, Babbit, Gannett,Le vin); e. normativa; e. teológica.

 

K) Ética Marxista,
conceptúa que la moral sólo puede ser entendi­da históricamente, es imposible inteligir el fenómeno moral -como to­dos los fenómenos culturales, ideológicos - prescindiendo de la historia concreta de los seres humanos, posición asumida por la filosofía no marxista.

(J.L.CAM)